Buenos Modales I y
Los buenos modales son el toque distintivo de tu personalidad, con ellos irradiarás elegancia, naturalidad y la sencillez de tu interior.

Esta pequeña anécdota puede ilustrar lo que significa ver a una mujer con ropa linda, maquillaje perfecto y caminado agraciado, pero que a la hora de relacionarse con los demás, te confunde ante la ausencia de lo esencial, lo que te hace distinguirte y expresa al máximo tu feminidad: los buenos modales.
La dignidad
Cuando como mujer, desde muy pequeña se te enseña que cada otro ser humano, por el hecho de serlo, tiene una condición diferente a la del resto de la creación, estás más capacitada y más abierta a provocar encuentros enriquecedores con los demás y desarrollar la cultura de los Buenos modales en ti. Cada persona posee el sello de lo divino, de lo delicado, de lo tierno de su creación. ¿Qué tiene el recién nacido que nos hace inevitablemente volver la cabeza hasta poder contemplarlo? ¿Qué es “eso” que nos atrae poderosamente como un imán? Este recién nacido, viene al mundo desde lo más sagrado en una mujer, ha salido de la misma luz de lo divino, a la luz de lo terreno. Ese Nuevo ser humano, hombre o mujer, como en ninguna otra etapa de la vida y sin palabras, sólo con su sola presencia, nos enseña y nos hace comprender lo que es la dignidad (aquello que esta dotado de una categoría superior). Esa dignidad nos provoca tratarlo con delicadeza, especial cuidado, y transmitir a través de tus palabras lo mejor de tus sentimientos.
¿Qué son los Buenos modales?
Los Buenos modales son la expresión de lo mejor que cada uno tiene en su corazón para dar a los otros. ¿Bondad o egoísmo? No es simple romanticismo o cursilería. Los buenos modales verdaderamente expresan el nivel de conciencia que tenemos hacia la dignidad de los demás. Es por esto que es importante:
- aprender a sonreír, independientemente de tu temperamento.
- tener el hábito de saludar, independientemente de tu posición en la empresa.
- vigilar el tono de tus palabras para no ofender al otro.
- ser consciente del daño que hacen las malas palabras.
- ser conscientes de que los gritos deben evitarse al comunicarse con la pareja y los hijos. Cuando hay necesidad de llamar la atención o discutir es necesario recordar que queremos integrar no desintegrar.
- ser consciente que las carcajadas en una mujer la hacen parecer vulgar. Se puede reír con muchas ganas sin necesidad de hacer escándalo.
- saber comportarse al tomar los alimentos.
Cuando una mujer decide desarrollar y perfeccionar la cultura de los buenos modales para enriquecer su personalidad y así enriquecer a los otros, está trabajando en todas las áreas de su vida:
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