A estas alturas nadie se cree que la fotografía es un reflejo fiel de la realidad y se observa además una creciente desconfianza ante los retoques del Photoshop. Una iniciativa de la diputada francesa Valerie Byer propone que se haga constar si una fotografía ha sido retocada y en el sector de la moda se palpa una reacción para que los modelos de mujer sean más reales. La iniciativa de la diputada no tiene visos de prosperar pero ha levantado un debate sobre la licitud de esta práctica.
No sólo los políticos, también las revistas del sector de la moda están apuntalando un cambio de escenario para poder conectar con sus lectoras. La directora de la Vogue británica convocó a las casas de moda para acabar con la cultura de la “talla cero”. Brigitte, una de las revistas más vendidas en Alemania, ha decidido dejar de usar el Photoshop para utilizar a mujeres reales desconocidas. La americana Glamour se atrevió a publicar una modelo de talla grande y recibió por ello la felicitación de sus lectoras.
La publicidad ha creado en nuestro cerebro un paisaje imaginario compuesto de fotografías y cánones de belleza que no son reales y que nunca existirían de manera natural, como es el caso de la modelo de Ralph Lauren cuya cintura era más delgada que su cabeza. Ante esta situación surge una duda ¿basta con advertir que la fotografía ha sido retocada? La fuerza psicológica de la imagen es muy potente y el cerebro humano percibe e identifica la realidad por las impresiones que captan los sentidos. En el caso que estamos analizando la visión de una modelo perfecta es más poderosa que las dos palabras “foto retocada” juntas.
Los escépticos de medidas, como la de contratar a mujeres desconocidas para la publicidad de moda, aseguran que “las mujeres no quieren contemplar una revista para ver mujeres corrientes”. La marca Dove ha lanzado el slogan “Por la belleza real” haciendo participar en sus campañas publicitarias a mujeres de distintos tamaños formas y edades. Mujeres corrientes. A través de un estudio comprobaron que menos de un 10% de las mujeres se percibían bellas pues se comparaban con los estereotipos creados por los medios de comunicación. El objetivo de este reto ha sido “ofrecer a la mujer una visión de la belleza más tolerante, más saludable y más democrática” de cara a aumentar su nivel de bienestar y felicidad.
Todo el sector de la belleza y la moda desempeña un papel fundamental para promover un vuelco en la opinión pública a favor de la imagen de la mujer en sus facetas reales. Esto exigiría una rectificación de la trayectoria de las casas de moda. De hecho las disculpas de Ralph Lauren, que se hace responsable de los retoques que “han dado lugar a la muy distorsionada imagen del cuerpo de la mujer” llegan al fondo del asunto.
“El retoque fotográfico no debería ser la herramienta elegida para representar a la mujer” señala el fotógrafo Peter Linderberg quien retrató sin maquillaje, ni por supuesto Photoshop, a las modelos Mónica Belluci, Eva Herzigova y Sophie Marceau para la portada de una revista. Artistas como él son fundamentales para impulsar el cambio de mentalidad. El uso del Photoshop supone también una forma de desprestigio de la profesión fotográfica: “El sistema ha relajado la ética profesional del sector” declara el veterano fotógrafo de moda Ugo Camera “Ahora el maquillador ya no se lo trabaja tanto, y el estilista lo mismo ¿para qué corregir una arruga o prender un bajo de pantalón si se puede borrar después?” La polémica está servida a todos los niveles.
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