jueves, 27 de febrero de 2014

PERLAS CON HISTORIA
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Liz Taylor
Audrey Hepburn
Cartel Exposición
Marilyn Monroe
Exposición
Exposición
Broche
Tiara de perlas
Perlas
  Museo Victoria & Albert de Londres presenta una gran exposición con las perlas como estrellas del evento. Algunas joyas, como el pendiente que llevó Carlos I en su ejecución en 1649, las increíbles tiaras que lució la nobleza, y un maravilloso collar de perlas cultivadas regalado a Marilyn Monroe por Joe di Maggio en 1954, adornan las vitrinas de esta espectacular muestra, organizada en colaboración con los Museos de Quatar, con un recorrido histórico desde el Imperio Romano hasta la actualidad.
Son 200 la piezas que estudian la joyería y la extraordinaria variedad de color y formas de las perlas naturales y cultivadas. Las perlas se admiran desde el Oriente al Occidente, a través de los siglos, como un signo de status y riqueza. 

La joyería ha ido cambiando al ritmo de la moda a través del tiempo y su gran variedad de colores, formas y diseños nos hacen disfrutar de la belleza de lo que siempre es una perla. Se pueden admirar en la exposición piezas desde la Roma antigua y Bizancio, pasando por la etapa medieval y la época cristiana, donde las perlas eran símbolo de pureza, como en la escena de la Anunciación de la joya de Hylle. En el Renacimiento, con la época de esplendor, las joyas se veían como símbolo de prestigio en todos sus retratos de nobles y burgueses. 

La fascinación por las perlas continua en el siglo XVIII con María Antonieta, Catalina la Grande, o la reina Charlotte. Maravillosas son las joyas de la princesa Alejandra cuando se casó con el príncipe de Gales Eduardo VII. Tenemos también grandes obras del Art Noveau, piezas del lejano Oriente, la perla Rosebury y piezas de las celebridades de hoy en día, como los pendientes de Bvlgari de Elisabeth Taylor. 

Esta exposición explora también el cultivo de las perlas y la producción a gran escala iniciada por Mikimoto en Japón. Piezas de la Tate Britain, el British Museum, Mikimoto, Tiffany&Co, Bvlgari, Cartier Chaumet, Lalique…. Y un largo etcétera que hacen de esta exposición un claro `must´ si visitas Londres antes del 19 de enero. Una verdadera belleza y un lujo en un inusual recorrido por el diseño de la historia de la joyería. 

Otra idea por si viajáis a Londres: no dejéis de ver el recorrido de las pasarelas de la moda londinense en Club to Catwalk: London Fashion in the 1980 en el V&A. London calling!!

miércoles, 26 de febrero de 2014

De esto trata el vivir…

Se dice que el ser humano está hecho para el infinito. Y muchos de nuestros anhelos parecen demostrarlo. Más tardamos en alcanzar una meta que en lanzarnos a la conquista de una nueva. Las olimpiadas, la ciencia y la tecnología son testigos de este hecho. Cada cuatro años se busca romper los récords que tanto costó conseguir. El descubrimiento de una cura nos lleva a buscar los medios para hacerla asequible para todos. El último programa de computación pronto quedará obsoleto.

Así somos los seres humanos: aparentemente insaciables en nuestras aspiraciones. Siempre tendiendo a más. Siempre queriendo mejorar. Siempre buscando saber más y hacer más.

Este es uno de los tantos aspectos que nos diferencian de los animales. No nos conformamos con lo ya alcanzado. Y lo más interesante es que nunca llegaremos a agotar nuestro potencial. Siempre podremos mejorar e ir a más.

En nuestra propia vida sentimos este mismo anhelo de plenitud. Quisiéramos saberlo todo, probarlo todo, vivirlo todo. ¡Qué difícil resulta a veces escoger carrera! por ejemplo, o comprometerse con un novio, cerrando las puertas a todas las demás posibilidades. Vemos en estas decisiones a las enemigas de la propia libertad, llave maestra para todos nuestros deseos y anhelos. Y sin embargo estas opciones son las que van tejiendo la trama de nuestra vida. Sin ellas, nos quedamos con todas las puertas cerradas, probando de todo pero sin hacer nada propio.

La vida es como un castillo lleno de puertas. Cada una nos invita a entrar en una aventura diferente que nos presenta a la vez nuevas puertas por las que habrá que optar. Quien no se decide por ninguna, simplemente se pierde de la diversión que se esconde tras ellas. No es posible pasar por todas, pues al tomar un camino se excluyen otros, pero cada puerta nos abre nuevas posibilidades que no estaban a nuestro alcance de no haberla escogido.

En definitiva, de esto trata el vivir: optar constantemente por un camino, excluyendo los demás. Y esto lo hacemos a cada instante, aunque no nos demos cuenta. Cada vez que nos sentamos delante del televisor a ver un programa, estamos excluyendo otras actividades que podríamos hacer en ese tiempo; cuando no podemos asistir a una reunión social por tener trabajo pendiente, estamos eligiendo una actividad sobre la otra; el leer una revista en lugar de una novela, implica una elección; el pertenecer a un club de ayuda social o a uno deportivo; el aceptar o no una cita; lo que haga en mi tiempo libre, y hasta el tener o no ese tiempo disponible para mi persona, refleja de alguna manera lo que tiene importancia para mí en la vida.

Sin embargo, muchas veces no nos sentamos a pensar en esto y estas elecciones inconscientes no siempre reflejan el tipo de persona que queremos llegar a ser. Muchas veces, el cansancio o la rutina nos hacen aceptar indiscriminadamente lo que viene o lo que nos implica menos esfuerzo. Cuántas cosas a nuestro alrededor suceden sin que estemos de acuerdo con ellas, pero sin que movamos un dedo para cambiarlas. Muchas veces quisiéramos dedicarle más tiempo a la familia, o a actividades culturales, o a oxigenar un poco nuestra mente, pero el ritmo de vida tan apretado nos lo impide. Pareciera que estamos en una espiral que nos come, de la que no podemos salir. ¿Será realmente que no podemos hacer nada para arreglar nuestro horario según nuestras prioridades? Tal vez la dificultad radica en que no tenemos claras esas prioridades por lo que no podemos ordenar nuestra vida de acuerdo con ellas.

No es tan difícil como parece. Lo importante es decidir claramente sobre pocas cosas claves en la vida, y ser consecuente con esa decisión en las pequeñas cosas. Por ejemplo, una gimnasta que quiere ir a las olimpiadas tiene muy clara su prioridad, y todo lo demás gira en torno a ella: alimentación, horario, actividades, familia, etc. De la misma manera, es importante que nosotros tengamos muy claro qué queremos hacer con nuestra vida: si lo principal para mí es mi familia, sabré dejar de lado muchas otras cosas que, aunque sean buenas, me impiden dedicar tiempo a los míos; si quiero cultivar mi inteligencia y ampliar mi cultura, entonces necesitaré optar por ciertas actividades o lecturas que me ayuden a hacerlo.

Pero ¿por dónde empezar? ¿Qué es lo que necesitamos priorizar? En nuestra vida hay diversas dimensiones distintas que necesitamos cultivar si queremos tener una vida armónica y completa. En el momento en que nos olvidamos de alguna, corremos el riesgo de no desarrollar algún aspecto que después nos hará falta. Estas dimensiones son la física, que se refiere al cuidado de la salud, de la alimentación sana, del ejercicio que nos permite estar en buenas condiciones para rendir adecuadamente en los demás aspectos de la vida. La dimensión afectivo – social es también muy importante para el desarrollo psicológico de la persona. Está la dimensión cultural que abarca tanto el aspecto intelectual como estético que nos ayuda a elevar el espíritu y a comprender y a afrontar de una manera más reflexiva las distintas realidades que se nos presentan. Y no podemos olvidar las dimensiones ética y espiritual que en última instancia definen el tipo de persona que somos.

Si quiero vivir una vida armónica, he de buscar en la medida de lo posible dar respuesta a todas estas dimensiones, viendo cuáles son más importantes y valiosas para mí, y de qué manera puedo y quiero yo desarrollar cada una, para asegurar que no las deje fuera del juego. Estableciendo de este modo mis prioridades, podré más fácilmente decidir qué camino tomar a cada paso de mi vida, sin agobios por una parte, pero sin dejar al azar lo que va configurando el tipo de persona que quiero ser. A fin de cuentas, de esto trata el vivir.

lunes, 24 de febrero de 2014

A ti, ¿qué te mueve?



  Lo que yo valoro      
Ante estos datos, la sociedad ha reaccionado buscando implementar leyes que ayuden a cortar este cáncer social que tanto daño ha hecho en otros países. ¿Qué es lo que se propone? Restringir la venta de tallas pequeñas; prohibir la exhibición de modelos anoréxicas; e incluir información nutricional en las cartas y menús de todos los establecimientos que vendan bebidas y alimentos. Y ante tal propuesta sólo cabe preguntarse si esta será verdaderamente la solución.
        Corremos el riesgo de sobresimplificar el problema dando soluciones externas que no llegan a la raíz del mismo. ¿Qué es lo que busca un joven cuando deja de comer? ¿Simplemente cambiar de talla? Y esto, ¿para qué? ¿En qué le beneficia? ¿No será más bien que se cae en estos malos hábitos debido a que vivimos en una cultura que valora a la gente según su apariencia física? Si bien es cierto, que las tallas 1 ó 0 pueden motivar a adelgazar, ¿por qué será que las tallas 10 o 12 no incentivan a engordar? Más que la talla en sí, lo que importa es el significado afectivo que se ha dado a cada talla.
        Para entender el comportamiento de nuestros jóvenes y poderles ayudar, es importante tener en cuenta qué es lo que les mueve, no sólo en cuestiones alimenticias, sino en general. El ser humano se mueve por sus valores, aquí entendidos, no como una serie de virtudes, sino como algo que él considera valioso para sí. Si para mí es muy importante descansar, por ejemplo, valoraré todo aquello que me ayude a hacerlo. Si lo que me importa es saber mucho, entonces la cultura cobrará un mayor valor para mí, y mi comportamiento, ordinariamente, mostrará dicha preferencia. Si mi apariencia externa es lo que vale para mí, entonces haré todo lo que esté de mi parte por cuidarla, aunque vaya en detrimento de otras cosas valiosas en sí, pero que no lo son tanto para mí.
Descubrir la razón de fondo

  El sistema de valores de cada persona es sumamente importante, porque es lo que en última instancia la moverá en la vida. Desde las grandes decisiones hasta los más pequeños detalles están regidos por lo que es importante para cada uno. Aún cuando actuamos acatando una norma o ley, lo hacemos según nuestro sistema de valores: la acato porque para mí es importante guardar el orden y obedecer a la autoridad, o no la obedezco porque simplemente la autoridad no tiene ningún valor para mí. Respeto al otro, porque como persona, tiene una dignidad para mí, o no lo hago, porque para mí no tiene ningún valor.

        El sistema de valores personal se va interiorizando conforme se va creciendo. De niño, por lo general, se siguen los valores de los papás: lo que es importante para la mamá, lo suele ser para el hijo. Pero a medida que el hijo crece, muchas otras instancias van ejerciendo su influjo sobre él: el colegio y los compañeros empiezan a dejar su huella, al igual que los medios de comunicación social, que al enaltecer algo, presentándolo como “cool”, lo convierten en importante para toda una generación, o al ridiculizar otras realidades automáticamente hacen que el joven les reste valor en su vida. Ejemplos existen muchos, basta analizar la manera como el matrimonio y la familia han sido presentados en las últimas décadas, como un lugar aburrido, donde se maltrata a la persona, ante lo atractivo que se suelen mostrar otros estilos de vida. No es de extrañar que entre las nuevas generaciones el matrimonio y la familia no siempre figuren dentro de sus valores más altos como solían hacerlo.
       
En modo de presentar a lo valioso
Ante esta realidad, es necesario equipar muy bien al joven para que no se deje manipular adquiriendo los valores que otros desde fuera le quieren imponer. Es importante que él mismo aprenda a discernir qué cosas son valiosas en sí mismas, y cuáles no lo son, por muy atractivas que se las presenten. El joven muchas veces no cuenta con el criterio para hacerlo. Es necesario acompañarlo en su camino para iluminar los escollos por donde puede caer y para ayudarle a encontrar una solución sana y adecuada a las múltiples necesidades que se le presentan en esa edad.

jueves, 20 de febrero de 2014

domingo, 16 de febrero de 2014

La realización de la mujer
Por Bosco Aguirre
Todos queremos “realizarnos”. Pero no resulta fácil decir cuándo un ser humano ha conquistado la realización completa, verdadera, en su propia vida.

“Realizarse” implica, por una parte, descubrir cuál es la meta profunda de nuestra condición humana. ¿Cuál podrá ser? ¿Consistirá tal vez en trabajar mucho, en ganar dinero, en divertirse, en satisfacer los propios caprichos, en estar siempre con los amigos, en aparecer en los medios de comunicación, en gozar de una oscura y “dorada” mediocridad?

Notamos en seguida que existe una enorme diferencia entre la “realización objetiva” y las “realizaciones” empobrecidas que dependen de modas sociales o de caprichos personales.

Un joven desearía dedicarse a fondo a la vida deportiva. Sus padres, sus profesores, la sociedad, le imponen una serie de estudios y de reglas que le alejan de la soñada meta. Pero no podemos excluir que ni los planes del joven ni las imposiciones sociales corresponden siempre a algo más profundo que se oculta en cada ser humano, a una fuerza íntima que pide una oportunidad para salir a la luz, para “realizarse”.

Lo anterior vale para todos: niños y grandes, ricos y pobres, occidentales y orientales, europeos, americanos, asiáticos y africanos. Vale, también, para los hombres y para las mujeres.

De modo especial, la mujer de nuestro tiempo vive bombardeada por presiones y por slogans que la orientan, casi la obligan, a buscar ciertas “realizaciones”, algunas de las cuales llegan casi a ahogar bienes olvidados, o incluso a provocar comportamientos abiertamente peligrosos e innaturales.

Noticias recientes nos han puesto en guardia, por ejemplo, ante la búsqueda de la delgadez como si fuera un absoluto. Tal obsesión invade a miles de adolescentes y no tan adolescentes por “conservar la línea”, con degeneraciones que llevan a la anorexia y a la muerte de personajes famosos o a la ruina de adolescentes en el umbral de la vida.

No es tan noticia, aunque cada vez tomemos más conciencia de ello, que millones de mujeres desearían casarse jóvenes y acoger en seguida a uno o varios hijos. Viven, sin embargo, prisioneras de un sistema económico y de una cultura que ha dado un valor absoluto a la conquista de un buen nivel de vida, hasta el punto de llevarlas año tras año a retrasar el matrimonio y la maternidad.

Y cuando nace un hijo, surgen entonces tensiones profundas. ¿La casa o el trabajo? ¿El hijo, los hijos, o la realización profesional?

No hemos de tener miedo a buscar, seriamente, la respuesta a la pregunta: ¿cuál es la realización profunda de la mujer? No podemos decir que sea algo que depende de los distintos contextos sociales, de los niveles de educación, de las elecciones individuales. La mujer, como el varón, tiene una estructura íntima y profunda que busca “realizarse”, salir a la luz, más allá de los caprichos del momento, por encima de las modas impuestas por sociedades muchas veces obsesionadas por la producción y deshumanizadas respecto de lo que embellece la vida humana.

La realización de una mujer requiere mirar hacia el propio corazón para, desde allí, notar una llamada primitiva y profunda (ineliminable, como el bulbo raquídeo, como el ciclo menstrual con su fecundidad fascinante), a darse, a servir, a dejar de lado sueños de modelo o conquistas de igualitarismos no siempre liberatorios para ser ella misma. Así será posible abrirse a la bellísima tarea de amar y dar vida. Una tarea a la que también estamos llamados los hombres, pero que no podemos descubrir ni aprender si no es a través de la ayuda y el ejemplo que nos dan las mujeres que viven a nuestro lado.

Habrá buenos trabajadores, buenos padres, buenos esposos, si hay mujeres que sean plenamente mujeres: promotoras de justicia y de paz, de alegría y de esperanza, de amor y de vida (esposas madres junto a esposos padres). Mujeres realizadas plenamente, porque han roto con esquemas reductivos que las aprisionaban, porque se han abierto a riquezas íntimas que embellecen los corazones y producen sonrisas fascinantes
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sábado, 15 de febrero de 2014

Personalidad y la importancia de una buena postura.


Descubre cómo lograr tener una mejor presencia.
El ser humano es un ser de impresiones visuales. Gustamos de la vista de las flores de primavera, el encanto de la luna llena, las mariposas con sus múltiples colores, la fachada de una casa y todas esas cositas de mujer. La verdad es que nosotras las mujeres cuando vamos de compras (la mayoría) podemos pasar horas enteras recorriendo las vitrinas de los almacenes soñando con comprar toda la ropa puesta en los maniquíes. ¡Es tan divertido!
 
Querido lector, ¿has visto alguna vez algún maniquí con el estómago tirado hacia fuera? Traigo este tema a propósito porque quiero hablar un poco del desarrollo de la personalidad y el impacto que tiene en ella la postura.
 
Recuerdo mi primera clase de Desarrollo Personal y Modelaje. Corría el año 1990 en la ciudad de Los Ángeles, California. Mi deseo por convertirme en una experta en este campo y crear una técnica que combinara la psicología junto con la belleza me había llevado a emigrar de mi país natal El Salvador a los Estados Unidos para poder estudiar en una de las más famosas escuelas en el área de desarrollo personal, Barbizon School of Modeling. Esta institución me daría todas las armas que necesitaría para luego abrir mi propia escuela de desarrollo y superación personal en mi país. Ambición que se concretó dos años después. Uno de los primeros principios en el campo del desarrollo personal, es dar la importancia que tiene a la postura. Una forma de verificar la importancia que tiene es observando a los jefes de estado, presidentes de compañías, actores, presentadores de la televisión y miembros de la realeza. Simplemente observemos a las chicas en los concursos de belleza, ¿para qué tanto empeño en la forma de pararse, caminar y posar? Sin duda alguna, los efectos psicológicos que la misma tiene no son para pasarlos por alto.
 
¿Cómo lograr tener mejor presencia?
 
Aparentemente son las piernas las que te llevan, pero en realidad quien conduce en cuanto a forma de caminar y postura es la cabeza. Una de las áreas que más me gusta de mis cursos de Desarrollo Personal es precisamente la enseñanza de la Técnica Alexander. A través de este método de reeducación corporal que ayuda a detectar y reducir el exceso de tensión que muchas veces no detectamos, pero que origina muchos de los problemas de dolor, postura, equilibrio y rigidez del cuerpo se puede mejorar grandemente la proyección de uno mismo. Pero algo mucho más importante es que cuando una chica/o, mujer/hombre joven o adulta/o se somete a este entrenamiento, se da cuenta de lo diferente que luce. Este impacto psicológico se nota en un aumento notable de la autoestima y el aplomo personal. La forma de llevarse a sí misma/o por medio del lenguaje corporal habla mucho más que las palabras.
 
Observar la propia postura, forma de caminar y sentarse, es un trabajo de auto-observación, sutil y milimétrico.
 
En unos estudios realizados en Estados Unidos (Present Yourself, Michael Gelb, 1989) se demuestra que el impacto de un conferencista sobre la audiencia es:
 
75% presencia
18% voz
7 % contenido de la conferencia.
 
La postura, nuestra presencia, sí comunica, habla a los otros de mí y tiene el poder de hacer que te respeten y admiren o simplemente pases desapercibida/o.
 
Puedes por lo tanto proyectar tu personalidad al momento de aproximarte a la persona con quien te vas a encontrar:
 
- camina hacia delante
- alza tu barbilla
- establece contacto con los ojos
- extiende la mano y sonríe
- imagina que un hilo imaginario te ata a una nube y da impulso a tu cabeza
 
¡Ya estás! ¡Ésa es la perfección en la postura!

viernes, 14 de febrero de 2014


Culto a la figura, sexualidad femenina y moda



El culto a la figura ha llegado a nuestras madres jóvenes y no tan jóvenes y a nuestras hijas.









Dicen las revistas de moda que dentro de sus páginas se puede encontrar todo lo que se necesita para lograr la figura ideal que cada mujer quiere tener. Los artículos y anuncios nos hablan de cremas que queman la grasa, pastillas para acelerar el metabolismo y, hasta la famosa dieta de repollo. Claro, las revistas promueven el culto a la figura. ¿En qué te hace pensar esto? Yo pienso en mujeres delgadas, mujeres jóvenes, mujeres sin una gota de grasa en sus cuerpos y vestidas a la última moda. Se me vienen también a la cabeza cinturas de avispa a fuerza de mucha ensalada, manos que no envejecen y, mujeres que sacrifican todo por la belleza volviéndose anoréxicas, bulímicas y compulsivas. A la cabeza de esta lista están las modelos y los modelos, pues ellos también padecen y son quizá los dioses de este culto. “De hecho yo fui modelo”.
 
El culto a la figura inunda rabiosamente todos los medios de comunicación, la prensa, la radio y la televisión. Nadie se ha salvado. El culto a la figura ha llegado a nuestras madres jóvenes y no tan jóvenes y a nuestras hijas de 8 años y un poco más. Créame, le estoy diciendo la verdad. En nuestro tiempo no es la muñeca Barbie el modelo, hoy es la muñeca Bratz que, con la misma delgadez de la Barbie pero con labios carnosos y sensuales, ojos que hechizan a cualquiera y vestimenta que seduce, le dicen a nuestras niñitas: mira, así somos las mujeres hoy, 5 libras de más y olvídate, pues no pasarás la prueba.
 
Necesidad de despertar y actuar.
 
¿Hasta cuándo seguiremos durmiendo y apoyando todo esto, nosotras mujeres que hacemos y defendemos la cultura? ¿Le parece amigo lector que son estos modelos la noción de feminidad que queremos transmitir a las niñas? ¿Cómo evitar caer en estas trampas que inclusive muchas de nosotras como mujeres nos hemos creído? ¿Quién se animará a reinventar las muñecas? Supongamos que es cada una de nosotras la que trabaja para proveer a nuestras hijas y nuestras mujercitas una nueva mirada hacia lo que realmente significa ser mujer y estar a la moda.
 
¿Mujer o género?
 
La mujer es más que un género. ¿Y qué es el género? Es el vocablo utilizado que no contiene en sí mismo el significado de ser mujer. Este vocablo se queda corto para expresar lo que la mujer es en toda su profundidad. Por su constitución ontológica, la persona es una unidad substancial de cuerpo y espíritu. La naturaleza humana existe de dos modos distintos como varón y como mujer, de aquí que ambos posean la misma dignidad. La mujer es un ser sexuado. Cuando hablamos de sexualidad hablamos de la totalidad de la persona como hombre o mujer. Es por esto que la mujer debe defender esa dignidad propia que radica en ella, siendo muy celosa y cuidadosa a la hora de vestirse.
 
Cuando la persona nace, nace desnuda y de inmediato se la cubre, pues se quiere proteger su intimidad. Profundizar en torno a esto con nuestras hijas es muy necesario, pues ayudará a la joven a comprender el porqué es importante vestirse y ser cuidadosa en cuanto a la moda que se lleva, pues si la mujer quiere que se la ame por el significado profundo de ser persona-mujer y por su dignidad, será necesaria la educación de una misma como mujer y madre en cuanto a la forma que se mira y se lleva la moda, pues ésta puede ayudar o ser obstáculo para alcanzar el fin que cada una tiene como mujer.
 
Dicen que en la moda, hoy, todo se vale. Sin embargo, yo no estoy de acuerdo con esto. No se vale caer en el permisivismo y en el acomodamiento de porque esta de moda y porque todo el mundo lo lleva hay que hacerlo. No se vale que permitamos que a nuestras hijas y niñas no se les inculque el celo por lo moral y por la belleza de su dignidad femenina debido a la falta de formación en una misma. ¡Piénsalo!

jueves, 13 de febrero de 2014

   
San Valentin

  "El amor verdadero espera". Ésa es la frase que unas adolescentes de Hollywood muy recatadas han grabado en sus accesorios. Se trata de una serie de piezas de joyería creada por la organización cristiana LifeWay.
Según su página web, la colección busca promover entre los jóvenes una "conducta moral", conforme a "los principios bíblicos". Las piezas, desde anillos hasta broches, han sido vistas en manos de los protagonistas de teleseries como Camp Rock y Los magos de Waverly Place, ambas producidas por Disney. Se pueden comprar en la webwww.lifeway.com/tlw y sus precios oscilan entre los 16 y los 23 euros.

San Valentin, ¡Chicas FELIZ DIA DE LOS ENAMORADOS!
Es preciso viajar en el tiempo a Roma. En la antigüedad, era allí que se celebraba un festival dedicado a despojarse de los malos espíritus para recibir salud y fertilidad. Se conocía como Lupercalia y se celebraba ¿cuándo? Adivinó, en febrero. Digamos que esta es una de las primeras, sino la primera asociación de este mes con algún asunto relacionado al amor, a los lazos humanos.Más adelante, las teorías sobre la fecha hacen referencia a varios —al menos dos o tres— monjes cristianos que se convirtieron en mártires y se llamaban, así mismo, Valentín o Valentinus.
Una de ellas identifica a Valentín como un sacerdote romano que, desafiando el mandato del Emperador Claudius II, continuó casando en secreto a los soldados a quienes se les había prohibido contraer matrimonio bajo la suposición de que solteros tenían mejor desempeño. Cuando el emperador se enteró de aquellas bodas ocultas, mandó a ejecutar a Valentín.Pero esta no es la única historia. También se dice que Valentín quizás fue asesinado por sus gestiones para liberar a prisioneros católicos de las prisiones romanas.
Esa expresión comúnmente impresa en inglés en tarjetas que la gente se regala el 14 de febrero “Be my Valentine”, proviene del “From your Valentine” que escribió Valentín para dirigirse por carta a su enamorada, quien era nada menos que la hija de su carcelario.
La fecha de su ejecución fue un 14 de febrero del año 270. Para el año 496, según varios portales de información sobre el tema, el Papa Gelaius I estableció la celebración de San Valentín en febrero para intentar cristianizar aquel festival de Lupercalia que la iglesia consideraba era pagano.

domingo, 9 de febrero de 2014

sábado, 8 de febrero de 2014

Para  pensar en los posibles regalos,  pues San Valentin se acerca!! ¡Son lindos verdad!








jueves, 6 de febrero de 2014

Versión del 74
¡Esta bueno!
EL GRAN GATSBY: LOS AÑOS 20, DE NUEVO DE MODA
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Por: Mara Velasco
Cartel de la película
Escena
Vestido de seda malva
Uno de los trajes más espectaculares
Versión del 74
Dentro de unos días se estrena –el 15 de mayo en Estados Unidos primero y una semana después en España- el remake de “El Gran Gatsby”, de Baz Luhrmann, basada en una novela de F. Scott Fitzgerald. De este estreno ya dimos ya dimos noticia en nuestra revista de marzo por ocuparse del vestuario la diseñadora Miuccia Prada.
La nueva versión de esta célebre película –que podrá verse también en 3D- está protagonizada por Leonardo di Caprio, como Gatsby, y Carey Mullygan como Daisy, Tobey Maguire como Nick y Joel Edgerton, en el papel de Tom. Aunque ha habido varias versiones, la que todos recordamos es la del 74, cuyos principales personajes fueron encarnados por Robert Redford y Mia Farrow, y que también contó con un vestuario soberbio. 

El argumento se nos narra a través de Nick, un escritor en busca de inspiración, que llega a Nueva York en 1922. Allí conoce al multimillonario Jay Gatsby, a su prima Daisy y a Tom, el marido de ésta. Nick pronto descubre el engañoso mundo de los ricos de la ciudad, y se da cuenta de que Gatsby está enamorado de Daisy. A medida que Nick es testigo de aquello, escribe una historia de amor imposible, sueños y grandes tragedias. 

Desde muchos meses antes, una intensa promoción de la nueva película, de sus protagonistas y de su vestuario hace que se esté hablando por doquier de esta película. Tanto di Caprio como Carey ocupan portadas en las más prestigiosas revistas de moda con los diseños más exquisitos. Los felices y despreocupados años 20 vuelven a estar en la cresta de la ola, con sus looks desenfadados, decadentes y al mismo tiempo lujosos, con el charlestón, el jazz, las flappers y los gánsters. Los actores, la excelente ambientación, la suntuosa estética, y, por supuesto, el magnífico vestuario en un mundo de lujo es lo que hace importante la película, pues la historia en sí es muy frívola. 

Cuarenta han sido los vestidos confeccionados por Prada y por su hija Miu Miu, la mayoría de los cuales proceden de bocetos suyos de pasadas colecciones inspiradas en los años 20. 

Vestidos de organza con escamas de plástico, vestidos de terciopelo devoré, volantes de flecos y otros de seda bordada con cristales y pailletes, estolas de pieles, zapatos de tacón de carrete y pulsera, sombreros cloche, pamelas, bandas y turbantes, plumas y casquetes y todo tipo de adornos para el pelo, fueron imprescindibles en la época. Los tonos que Prada ha empleado han sido el verde jade, el azul topacio y el dorado para denotar la sofisticación y decadencia de la aristocracia en la costa este durante los años 20. Y para rematar el look apostaban por largos collares de perlas, pendientes largos y joyas art decó.

martes, 4 de febrero de 2014

EL BORN ACOGE BARCELONA 080
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Alessandra Ambrosio
Barcelona 080
Mango
Con su filosofía de presentar la moda en las zonas y edificios más emblemáticos de la ciudad, “Barcelona 080” ha montado los 27 desfiles de su edición número 13 en el antiguo mercado de El Born, que alberga ruinas del siglo XVIII, convertido ahora en un centro cultural. 

El desfile que ha abierto estas jornadas de moda ha sido Mango, una firma de gran raigambre en Barcelona, que tiene el proyecto de abrir en Las Ramblas la tienda más grande de España. Su colección ha mostrado las tendencias para esta primavera-verano como nota distintiva de todas las demás colecciones que mostraban las novedades para la temporada de otoño-invierno 2014-2015.
 
La sección de su colección llamada “Violeta” –unos cuantos modelos dedicados a las tallas grandes- fue motivo de polémica porque, aunque llegaba hasta la talla 52, incluía la talla 40, lo que levantó muchas protestas. El resto de la colección se decantó por una estética minimalista de inspiración años 90 con dos tonos dominantes: blanco y negro. También algunos tonos arena, mucho denim, pantalones anchos y monos, todo con tejidos superligeros. 

La top protagonista fue Alessandra Ambrosio, y participó en los modelos masculinos Andrés Velescoso. Ambos cerraron el desfile con una escena “muy familiar”, vestidos de blanco dando la mano a dos niños también de blanco. 

El resto de las colecciones de Barcelona 080 estaban destinadas al otoño-invierno. La modelo rusa Irina Shayc abrió el desfile de Desigual. Modelos de inspiración étnica y de un estilo british suavizado con colores tierra, ocres y grises. Totón Comella destacó con una colección de inspiración marinera con tonos azules y combinación de lencería con prendas de gruesa lana. Manuel Bolaño recurrió a los años 70 con colores vivos y grandes lazos, y Sita Murt –que llevaba tres años desfilando en la pasarela de Madrid- ha vuelto a Barcelona con una colección urbana, con abundancia de blanco, tonos claros y formas muy femeninas. Cerró los desfiles la diseñadora cubana Isabel Toledo la favorita de Michelle Obama.

lunes, 3 de febrero de 2014

Miroslava Duma, elegancia "camaleónica"

Miroslava Duma, nuevo icono de la moda internacional en cosmopolitan.com.es

Ficha…

Nombre: Miroslava Duma
Edad: 28 años
País de origen: Rusia
Sus inicios: Comenzó trabajando como editora en una conocida revista de moda a nivel internacional para después dedicarse a otras publicaciones de forma independiente.
¿Por qué nos gusta? Miroslava Duma fundó un fondo de caridad para ayudar con diferentes causas.
Curiosidades: Se ha convertido en un auténtico icono de la moda mundial a pesar de medir poco más de metro y medio.

Las claves de su éxito…

Su rostro aniñado, con facciones muy dulces combinado con un estilo colorido, sofisticado y “très chic” le han convertido en una de las mujeres más fotografiadas por los profesionales del street style. No hay nada que se le resista. Estampados imposibles, pantalones extra largos metidos por dentro de los zapatos, prendas oversize, taconazos súper altos, combinaciones de colores pastel y flúor… Y lo mejor de todo es que ¡no hay nada que le quede mal!

La clave de su estilo es realzar al máximo la belleza de sus outfits, dejando a un lado el maquillaje y el peinado. Por eso, Miroslava Duma siempre apuesta por un maquillaje muy sencillo, a menudo en nude, y sin otro color que no sea el negro.

Otro de sus secretos es combinar (siempre de forma acertada) los mejores complementos con sus looks. Anillos, pendientes, clutch… Todo contribuye a crear ese aire de elegancia sofisticada que le distingue del resto de it-girls del momento.

Es fan de los complementos para el pelo. No es raro verla con pasadores, diademas,sombreros o boinas.

domingo, 2 de febrero de 2014


Los dos niveles de la belleza

La ansiada "eterna juventud"
        A casi todos nos gusta tener un cuerpo sano, hacer deporte, trabajar y reír, descansar e ir de excursión con los amigos.
        El bienestar físico es un valor casi universal. Algunos, además, persiguen ansiosamente una especie de “eterna juventud”. Realizan operaciones de cirugía estética, masajes, ejercicios especiales para adelgazar, inyecciones “rejuvenecedoras”, lociones y cremas de todo tipo...
        Gracias a tantas intervenciones y progresos farmacéuticos, a veces es posible encontrarse con una señora de 50 años que parece tener 30, y con una de 40 que no tiene nada que envidiar a una chica de 18... Algunos hombres han entrado ya en este mercado de la “cosmética” a niveles de competividad respecto a lo conseguido, no sin grandes esfuerzos, por mujeres famosas por su “eterna juventud”.

        Pero ese esfuerzo por conquistar un nivel de belleza corporal que dure el mayor tiempo posible tiene que detenerse al llegar a fronteras insuperables. La naturaleza no deja de pasar su factura (también la pasan los centros de belleza, no hay que olvidarlo) y uno tiene que rendirse ante la realidad: los años no perdonan; el proceso hacia la vejez no ha sido controlado, al menos hasta ahora, por la técnica.
La otra belleza
        Existe, sin embargo, una belleza distinta, más profunda, y no por ello menos importante. La gratitud, la alegría, el optimismo, ese gusto por vivir para un proyecto, la solidaridad, la fidelidad a unos amigos, la profundidad de un matrimonio abierto a las riquezas del otro y a la belleza de la paternidad y la maternidad... Son cosas que no se ven a primera vista, tesoros que brillan con una claridad propia, bellezas que pueden suscitar más envidia que un “color tropical” en el cutis o que una nariz especialmente estirada y tersa.

        En el mundo de hoy nos vendría muy bien que el inquieto Sócrates se pasease por nuestras calles para reírse de la ropa, de los centros de embellecimiento, de las saunas para bajar unos kilos que se recuperan a través de esos pequeños pasteles que tomamos entre tarde y tarde...

La risa de Sócrates
        El Sócrates de nariz aguileña y ojos saltones se reiría de la enorme cantidad de productos y esfuerzos dedicados por entero a cultivar un cuerpo que está sometido, lo queramos o no, a la gravitación universal y a la ley de la acción y reacción (del nacimiento y de la muerte), sin pensar más que de cuando en cuando en el espíritu (en el alma, como diría él). Se reiría de la importancia que damos a la belleza que sólo llega a los ojos, el tacto o el olfato, y de lo poco que nos preocupamos por la belleza del corazón, una belleza que provoca alegrías mucho más profundas y duraderas que las logradas por un perfume o un poco de crema de labios...
        Se reiría ese viejo Sócrates... A la vez, muchos se reirían de él al verlo pobre, simplón, un poco desfasado. Cuesta cambiar de vida cuando ya es un hábito el dedicar tanto tiempo a nuestro espejo. Cuesta ver más allá del peinado, de los pantalones y de los anillos que buscan dar realce a lo que se desgasta poco a poco.

        Sócrates dejaría de lado esas críticas. Desde su aplomo desconcertante, se pondría delante de nosotros y nos desnudaría internamente con su ironía y sus preguntas (preguntas profundas, perennes, ante las que no podríamos huir). Nos pediría encontrar un sentido a la vida y la muerte, averiguar qué es la justicia y la verdad, la amistad y el trabajo, el amor y la alegría.
       La belleza de luz propia
 No descansaría hasta saber si tenemos esa belleza que no se consigue con lociones ni baños solares. Esa belleza del espíritu que brilla con una luz peculiar en un mundo que habla sólo de apariencias y de sombras, pero que desea también, quizá sin decirlo abiertamente, valores que embellezcan profundamente a los hombres y mujeres con tesoros que no pasan como el brillo de un relámpago en la noche...

sábado, 1 de febrero de 2014

Elegancia y sentido crítico











Seguir la moda hoy y ser elegante precisa de un gran sentido crítico: los estampados con grandes flores, los lisos de tonos violentos, los tejidos de red, los encajes y las transparencias, los corpiños imitación guêpière, las prendas íntimas que se convierten en vestidos, los zapatos bordados, los vaqueros con incrustaciones de cristal, los ombligos al aire, etcétera, son elementos “de riesgo”.

Algunos son absolutamente rechazables, otros podrían ser tomados en consideración sólo después de haber pedido consejo con humildad.

La moda tiene necesidad de mostrarse y de exhibirse a sí misma. No así la elegancia que huye de la ostentación. Ser elegante es pasar desapercibido y ser recordado por la discreción personal. La elegancia es natural e inconsciente: quién la posee no habla de ella, quién es elegante no está preocupado por lo que lleva puesto. Para llevar con elegancia un sombrero se debe olvidar que se lleva puesto; para llevar sin ostentación una bonita joya, es necesario que sea considerada como un objeto bello que adorna, no el signo del valor económico o social personal. Hay que olvidar que se posee.

La elegancia no se puede explicar. Como la belleza, sólo se puede mostrar. No es codificable. No se puede elaborar un prontuario al cual acudir en caso de duda; la persona elegante encuentra en sí misma el modo de comportarse y de vestirse. Es, sin embargo, un pequeño código personal que se alimenta de la experiencia, el recuerdo, la tradición personal; se nutre desde la percepción interior de lo bello, de la costumbre personal del gusto por lo bello. Un pequeño código que, cada día y con medida, se va renovando; no es elegante el que viste siempre de la misma manera, repite siempre los mismos gestos, se comporta siempre del mismo modo, sino quién, en nuevas circunstancias, sabe encontrar el nuevo modo de comportarse, se renueva. La elegancia se mueve, por tanto, entre el ritmo tradicional y las tensiones de lo nuevo.

La elegancia tiene como presupuesto que el traje responda a la edad, a la personalidad, conformación física de quién lo lleva y, además, se encuentre en armonía con el lugar y la circunstancia en los que se lleva. Se desvela, además, por los detalles, es la suma de pocos y pequeños elementos: una joya, un cinturón, los zapatos o el bolso, el peinado, etcétera.

Ir “a la moda” no es siempre ser elegante. A menudo la moda es un factor de... falta de elegancia si no es filtrada por los criterios estéticos personales: un depósito de moda que consiste en la propia esencia, la forma de presentarse, actuar, moverse y vestirse que han originado en cada uno su estilo personal.

Si aquello que está de moda es por sí mismo elegante, incluso quién no tiene ese estilo corre pocos peligros al llevarlo... pero si la moda de por sí no lo es, es muy fácil caer en la vulgaridad. Seguir la moda hoy y ser elegante precisa de un gran sentido crítico: las reproducciones de escamas de lagartos y serpientes; los tejidos de red, encajes y transparencias; las reproducciones de los bosques en los tejidos; los corpiños imitación a guêpière; las prendas íntimas que se convierten en vestido; el calzado trabajado, bordado y estampado; la cintura cada vez más baja que deja al aire el ombligo, “incluso el de la embarazada”, etcétera, son elementos que necesitan una fuerte valoración crítica porque son o pueden estar, ellos mismos, faltos de elegancia, si no vulgares.

Quién tiene estilo se mantiene lejos de todo ello y tomará de esta modernidad un pequeño detalle que no desentone con la propia personalidad, edad y situación social. Quizá antes de hacerlo sabrá pedir consejo con humildad.